Querido Arcendo:
¿Sabes qué? pues que, con la autoridad que me da este banner que creaste a petición mía, he decidido transformar este blog que tanto te gustaba y no me dejabas cerrar, en lugar de charla contigo, aunque como no me vas a contestar será más bien blog de monólogos, algo que en la actualidad se está poniendo de moda. Aunque ni tú ni yo somos de ajustarnos a las modas, en este caso me apetece hacerlo así.
Espero que en ese lugar privilegiado donde te encuentras porque el Padre para llevarte con Él, dijo: " "Este es otro de mis hijos amados," no te importe... Y si te importa me lo dices claramente.
Hoy es sólo el inicio, otro día te contaré más cosas y para iniciarlo te dejo un fragmento, trucado, (algo que ya hice en otras ocasiones para ti) de una poesía de nuestro admirado Lope de Vega, dedicada a San Ignacio de Loyola, santo grande que hoy celebramos.
Por cierto, si te los encuentras por ahí, diles que no se enfaden que lo hago sin malicia y porque, desde que tú te fuiste huyó la inspiración de mí.
Creo que te va que ni pintado.
"Dios os da nombre y oficio
y cuantos siguiendo van
el santo blog vuestro
el mismo título os dan,
si por oficio Maestro;
si por nombre Capitán."
Total sólo he cambiado una palabra,
no creo que pase nada.
Y sí, Arcendo, sigo resistiendo, por ahora.
Y
SEGUIMOS REGANDO TU HOJA DEL ARCE, (enlace)
PARA QUE NUNCA SE SEQUE
Y
SEGUIMOS REGANDO TU HOJA DEL ARCE, (enlace)
PARA QUE NUNCA SE SEQUE