viernes, 30 de agosto de 2013

BENDITA OBSESIÓN






Buenas noches nos dé Dios, ya, ya sé que no necesitas  que te desee "buenas noches", puesto que ya las tienes para siempre, pero cuesta desprenderse de las costumbres.

Hoy estoy algo más contenta, no sólo por este precioso anochecer que Dios me ha regalado en el campo; no existe pintor alguno que pueda igualar los colores de la Naturaleza, sólo la mano del que la ha creado puede combinarlos de esta manera. Un rato extasiada contemplando el Cielo, pensé que no se puede pagar con nada semejante espectáculo donde los ojos y el alma se recrean, únicamente con el amor y la adoración a Dios Creador.
 
Escucha, Arcendo, tuve otra alegría que necesito contarte: ¿Sabes que al fin brotó la rosa del Soto? Sí, la que cada agosto cortaba para María en tu nombre con mi oración y que este año temía no poder hacerlo, esa rosa del Soto, la casa de Retiros que tanto tiempo frecuenté cuando mis huesos no se hacían notar. Esa rosa este verano ha tardado mucho  en florecer, parecía que esta vez el duro invierno la había truncado. Toda la planta seca, Julio quería arrancarla, pero yo quise darla una oportunidad. Hice una poda exhaustiva, casi como la que  ha hecho en mí nuestro buen Padre con tu ausencia. Con dos meses de  cuidados extremos, mimos y miradas ha dado su primera rosa, aunque tuve que cortarla antes de su completa metamorfosis, ya sabes que nace blanca, luego un ribete rosa la adorna para después tornar en amarillo antes de lucir en todo su esplendor rosado. Como te decía, me vi obligada a cortarla con premura porque se levantó un vendaval que amenazaba con llevársela volando. Por un momento pensé, ya conoces mis elucubraciones, que eras tú que la querías para entregársela directamente a nuestra Mamita.
 
Aquí está, junto a la réplica pequeña  en madera de la Virgen de Chamorro que trajimos  de su ermita de Ferrol.
 
 
 
¿Recuerdas la composición que publicaste en tu blog cuando te envié, como cada agosto, la foto de las rosas?
 
 
Quedó preciosa con el rostro de María, eres un genio.
 
Con ella mis oraciones por tus intenciones, volcadas seguro en tu querida Guadalupe y tus hijos,  porque no creo que tu alma las necesite; terminó tu padecer de años, agravado cruelmente con el cáncer que te llevó junto a tus seres queridos y te alejó de tus blogueros, hasta cierto punto porque estar estás, sigues con nosotros, no podemos olvidarte.
,
Aprovecho para contarte una cosa curiosa, seguro que te ríes como yo; resulta que un anónimo me dejó un comentario en un post reciente, en el que te mencionaba, para decirme que estaba obsesionada contigo y que te dejara ir,
 jajaja... . No es obsesión, es unidad indestructible, tu recuerdo vendrá a cualquiera de mis blogs siempre que quiera y venga al caso. ¿Qué te deje ir? Como si eso dependiera de mí, te fuiste cuando Dios quiso, cuando fue su voluntad y nada más.
 
Ya me voy a despedir por hoy, seguiremos en nuestro Noray, unos días más. 
 
 
 
. El campo está precioso, verde como nunca,  Julio sigue plantando árboles, ya te comenté, esto parece la selva. La pena es que algunos, como el madroño, se están estropeando, puede que con una poda exhaustiva, como la del rosal recupere su lozanía, los árboles como las personas mejoramos con la poda, siempre que se haga con amor  y la mano del Jardinero divino sabe cuando, cómo y dónde tiene que podar.
Desde luego este año no creo que dé madroños como el pasado, así que no podré hacer ese licor que tanto ayuda con el frío invernal de Guadalajara.,
 
 
 
Todo está bien, Capitán, lo estará mientras tu querida esposa y tus hijos, tengan el detalle que tanto agradecemos, de mantener tu blog abierto. Que Dios se lo pague porque nos queda mucho que aprender de tu Hoja del Arce.
 
 
 
Dejo el enlace por si algunos no  conocen tu blog todavía.
 
arcendo.blogspot.com

HASTA OTRO DÍA

viernes, 16 de agosto de 2013

2 MESES SIN CAPITÁN





Ay Arcendo..., sé que ya el día está avanzado, el sol poniéndose, pero no encontraba las palabras con que mencionar este fecha, 16 de agosto y segundo mes de tu marcha al Cielo. Sin embargo, tengo que decir algo, no puede terminar el día sin tu recuerdo.
 
Qué largos estos dos meses sin ti, sin verdear tu Hoja con nuevos post, sin sentirte cerca, sin... No sé si en medio de tu gozo celestial tendrás un ratito para acordarte de nosotros que tanto y tanto te añoramos. No quiero ser empalagosa, nunca te gustó esa actitud hacia ti, pero ¿por qué no me enseñaste a vivir sin ti en la "blogocosa" como tú la bautizaste?
 
Muchos seguimos entrando cada día, yo varias veces al día, en tu Hoja, esa Hoja que desde que brotó nos fue cautivando, haciéndonos vibrar, ilusionándonos con todo lo que nos ibas mostrando  hasta llevarnos a vivir de esperanza  con la abundancia de tus post, esos post, en los que tu sabiduría nos iluminaba a los más torpes, ayudándonos a formar con toda libertad criterios y opiniones. 

En  los temas más dolorosos fuimos como una piña contigo, aquellos en los que dejabas al descubierto parte de tu alma y donde, desde hace más de un año, fuiste abriéndote sin recovecos, sin reserva..., algo que cuando empezamos con los blogs decías que no querías hacer  en Internet por prudencia.
 
En medio de tu intenso sufrimiento con el cáncer, tan en Dios padecido y llevado, lograste conmovernos con tu alma al desnudo a todos tus amigos, hermanos por esa bendita "Comunión de los Santos" que tanto venerabas. Tú, solo tú, nos moviste a la oración y al sacrificio  constantes para luchar codo a codo con nuestro Capitán, sin armadura, a pecho descubierto, intentando arrancarle al Padre Eterno una curación que no fue posible porque su voluntad era otra para ti. 

Poco a poco fue cesando tu lucha contra una enfermedad que nunca llegó a vencerte ni a rendirte, simplemente Dios te venció y a Él entregaste el último aliento de tu vida.

Capitán, mi capitán..., dile que lo acepto porque ha sido su voluntad lo mejor para ti, pero que me sigue doliendo y mucho. Sigo de camino, a trompicones, necesito una mano, la tuya, hermano del alma, que me sujete, que me mantenga firme, me conduzca por esta vereda estrecha por la que tú supiste avanzar sin rendiciones y que ya se me está haciendo interminable.

Ya termino, ya guardo silencio, no quiero interrumpir tu contemplación celestial. ¿Podrás algún día responderme?

Besiños, mi Capitán.