miércoles, 16 de abril de 2014

OTRO 16

 
 
 
 
No sé si el dolor se acaba, mas bien creo que te haces a él, por eso me sorprenden las lágrimas, siempre están ahí esperando el más mínimo sentimiento o recuerdo de lo que has perdido para empañarlo todo. te confieso que en estos momentos no puedo controlarlas, no puedo ni quiero, es mejor que corran a su antojo...
 
Esta mañana escuché algo en lo que estoy de acuerdo: "El dolor del cuerpo es más fácil  de controlar que el dolor del alma", no es que aquel se acabe, sino que ya sabes por donde va a salir, lo conoces y conoces su alcance, pero el del alma a veces se oculta, te pilla desprevenida, te desconcierta, salta cuando menos lo esperas y rompe cualquier cadena con la  que trates de sujetarle.
 
Sé que no hay dolor ni amor más grande que el de Jesucristo, ese que nos muestra cada día de nuestra vida, aunque no sea Semana Santa, con su muerte en la Cruz, lo sé y sería una insensatez equipararlo al dolor de nadie. Un dolor que nos redime y da la salvación.
 
¿Y esto que siento esta tarde aquí, esta punzada, qué puede ser? ¿Cómo lo calificarías tú, en este décimo mes sin ti, de tu desaparición de nuestras vidas?
 
No me hago a la idea de  vivir estos días santos sin tu cooperación, sin esa capacidad tuya de contemplación, de reconducirnos, reconducirme,  desde lo más liviano de la vida a lo profundo, a lo único importante, a Dios.  Tendré que volver a releer ese "Cristo incómodo," que cada año nos traías en Semana Santa y quedarme ahí, en el silencio escondida para perderme en Él  y encontrar el sentido a tanto  dolor suyo y nuestro.
 
Estoy convencida, no es necesario que me lo recuerdes, lo que hemos amado en la tierra no se queda enterrado en la sepultura, trasciende, pasa a la vida Eterna, por eso confío en que no nos has olvidado, que de alguna forma desde tu lugar cercano a Dios y a María  estás recomendando a tu querida familia,  a Guadalupe, tu mujer,  se está portando maravillosamente con nosotros,  a tus hijos y un poco o mucho, también a los que, desde tu blog tanto te quisimos y tanto seguimos necesitándote.
 
Querido Capitán, esta Semana Santa para ti será toda de Gloria, eso me alegra. Los sufrimientos ya los pasaste en la tierra y de qué manera, tan unido al padecer de Jesucristo que ahora participas de su Resurrección, resucitando en Él.
 ¿Me dejas que te diga lo mucho que te envidio?
 
 
¡¡Oh Capitán, mi Capitán!!
 Ahora eres tú quien está de  guardia en los Luceros

 
He pensado que voy a ir trayendo a este blog algunas de tus músicas preferidas y como ando algo nostálgica te he copiado el "Va Pensiero" de Verdi, de tu post del 14 de marzo de 2011